Ya sabes que «El plan es no tener plan» es la crónica de un viaje realizado por una persona a través de varios países sudamericanos. Pero, ¿qué encontrarás concretamente en estas páginas?
A lo largo de 390 páginas viajarás de la mano del autor por varios países del continente sudamericano. ¿Quieres saber cuáles? Échale un vistazo al índice. Si prefieres ir descubriendo día a día por dónde continúa el recorrido, bien puedes ignorar este magnífico mapa, donde se organiza el contenido del libro por países.
Cada uno de los capítulos es introducido por un mapa diseñado por el ilustrador Jorge Ruscalleda, autor también de la portada del libro. En ellos encontrarás detallado el camino que realicé por cada zona. Vienen acompañados por información relativa a los días de estancia y los kilómetros recorridos. Además, encontrarás varios dibujos creados a partir de fotografías que representan importantes episodios de la historia. Para entender su significado, sumérgete en la lectura.
¿Qué encontrarás en el libro?
Básicamente, lo describiría como la transformación que las gentes de un continente causaron en mi persona, a lo largo de seis meses de contacto diario con centenares de seres humanos. El plan es Gente.
Seguro que te quedas sin aliento al leer las descripciones de algunos de los lugares visitados. Para llegar a muchos de ellos, tuve que realizar verdaderas actividades de riesgo.
El plan es Aventura.
En este viaje sin rumbo hay espacio para los cuentos sobre ciudades, los relatos históricos, datos referentes a las variantes de la lengua española o a las lenguas indígenas. El plan es Cultura.
Cuántos días recorriendo caminos para no llegar a ningún lugar. Solo para disfrutar del entorno. El continente americano es inmenso, como lo es la lista de maravillas que alberga. Las que todavía no ha destruido la mano humana. El plan es Naturaleza.
Seis meses cambiando de hogar casi a diario, teniendo como objetivo básico la búsqueda de techo y de alimento. Hubo días de hambre pero la mayoría estuvieron sazonados por ricos platos e ingredientes únicos. El plan es Gastronomía.
Soledad. Soledad a veces deseada y otras no tanto. Soledad siempre productiva. Días para pensar, horas y horas dedicadas a la reflexión sobre todo lo vivido y lo experimentado. Las enseñanzas de las personas que me enriquecieron, de los encuentros y de las despedidas. El plan es Meditación.
El plan está escrito como fue vivido. Si hubiera llegado a cada lugar un día antes o después (posiblemente un minuto), todo habría sido diferente. No sé cómo, tal vez mejor, pero no me resulta importante. El plan es Destino. Y fue Perfecto.
¿Quieres conocer El Plan? Súbete en la mochila.